divendres, 14 de desembre del 2012

Con el amanecer, que podría aliviarme, me aburro. Con la felicidad que contagia la proximidad del verano, me aburro. Con la impaciencia que me caracteriza, me desespero. Con mi inactividad, cosecha directa de mi aburrimiento, me aburro más. Con tu consejo barato a mi pregunta por aburrimiento, me aburres.

-Diviérteme, mundo-le dije al universo.

-Diviérteme tú- me dijo él.

-Motívame.

-Motívame.

-Tu eco me aburre.

-Tu muerte está próxima.
Y no reaccioné.

Me aburro más rápido que nadie, y en esa espera ya me he aburrido. Ver en vuestras caras, oír de vuestras voces, o leer de vuestras letras que lleváis una vida plena, esperando el fin de curso, la playita, o el sábado por la noche, me aburre; no me lo creo. Y antes de reírme ya me he aburrido. Aunque yo no finjo y bostezo sin taparme la boca, sacando la lengua y rugiendo a tope, en cualquier sitio me aburro.

-Sed mis bufones-le dije a los tontos.

-Convéncenos-me dijeron.
Y ya me aburrí.

Me aburre tratar de explicarme por qué me aburro, o tratar de explicártelo a ti. ¿No hacerlo?, más todavía. Me aburre el día, por ajetreado que sea, pues me aburre el ajetreo. Me aburre tratar de solucionarlo; no, no me rendí, sólo que todo me aburre.

-¡Callaos!-le dije a mis inquietudes.

-¡Cállanos!-me dijeron.

-¿Cómo?

-Callándonos.
De tal forma que me dormí o me emborraché.

Si por alguna razón me olvido del aburrimiento, cuando esta enajenación se me pasa, la melancolía me visita, se instala la monotonía, el stand by se programa y me aburro más que nunca. Quizá necesite un chute de adrenalina cada noche, no lo sé. Quizá necesite constante acicate.
Ya no me divierte tu verano de residuos, Eivissa, ni tu otoño poético, ni tu invierno de costumbres, ni tu primavera artística. Esto es así aun siendo verdad que no conozco ni todas tus mujeres ni todos tus rincones. Regálame motivación, Inspiradora.


Puedo divagar en un fondo blanco, que tú lo leas, y continuar; ése es el único pom pom que no me es soporífero. O bien tú te me distorsionas a cada aurora, o bien yo me metamorfoseo para siempre, si no, ambos nos aburriremos.


Hace tiempo que yo y mi cuerpo llegamos al punto en que un fin de semana sin alcohol me es desesperante, y con él no es más que rutina. Hace tiempo que me aburrí de escuchar o leer lecciones de la vida impartidas por personas que ven El Diario de PatriciaMujeres y Hombres y Viceversa. Alegraos por no cuestionaros nada. Nada es más fácil que superar lo elemental creyendo que es difícil; no os echéis flores del atormentado entendido para luego dar lecciones al que no os lo ha pedido.



-Todo depende de ti-me dijo el lector de horóscopos y mensajitos de galletitas chinas de la suerte.

-No leas más libros de autoayuda-le dije yo.

O...

-Ten cuidado con ese cuchillo cuando cortes jamón-le dijo el vegetariano al carnicero cuando la gente le prestaba atención.



Mi conclusión: nunca fui responsable, y ahora que lo aparento (ando en busca del cambio), no esquivo ni evito el hastío por la inercia que lleva el mundo. Puedo decir que quiero romper con todo, olvidarme del mundo que conozco y bla, bla, bla…, pero soy más original y fantaseo con inventar la improvisacióny la novedad, y enlazar, con ellas, una semana con otra. La gente relaciona divertimento con estancamiento profesional, a largo plazo social, económico, etc..., y no es que yo sea un tipo duro que destroza las reglas sin causa reconocida (lo soy), pero me aburro.

¿Qué he de hacer? Pues para empezar sería un logro, para mí, que reconocieseis que vuestra vida es muy aburrida y os dejéis, así, de apariencias, de simular que sois vidas atareadas por lograr su sueño; o al menos que seáis conscientes. Con eso, después ya nos divertiremos algo, seguro.